El actual modelo económico, basado en una estructura lineal de negocio, ha traído consigo el concepto de residuo, aceptado como algo inherente al crecimiento financiero. Sin embargo, la generación de residuos además de representar un problema en la gestión de estos al crear presión sobre los vertederos, también demuestra que el sistema actual es ineficiente. Aceptar los residuos como algo inevitable conlleva tres consecuencias: 1) el residuo contiene aún material valioso que se puede convertir en “alimento” para nuevos procesos, 2) se aumenta la demanda por material virgen y por ello, 3) se acelera el agotamiento de los recursos naturales. Sin lugar a dudas, estos problemas crean ineficiencias en el sistema actual, acarreando complicaciones económicas, sociales y ambientales.